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El pensamiento administrativo en las entidades turísticas (página 2)



Partes: 1, 2

Por ejemplo si un trabajador obtiene una producción estándar se le paga una
primera tarifa independientemente de su salario
mínimo, si este mismo trabajador rebasa el estándar
se le remunera a los trabajadores con remunera con la segunda
tarifa.

Postuló las ventajas de la división del
trabajo, ya
que para aplicar la administración
científica era necesaria una revolución
metal tanto en la mente del trabajador como en la de la gerencia
misma, y ello comprende los siguientes aspectos:

  • Menor tiempo en
    aprendizaje
  • Mayor habilidad por la frecuente repetición de
    los mismos procesos
  • Propicia la invención de herramientas
    y maquinaria para realizar los procesos.
  • Adecuación del hombre al
    puesto.

Henri Fayol. Es
tal vez, el verdadero padre de la Teoría
Administrativa moderna porque fue él quien advirtió
la inmensa necesidad de principios y
enseñanzas administrativas. En consecuencia,
identificó 14 principios, aunque hizo notar que se
trataban normas flexibles,
no absolutas, utilizables de cualquier modo más
allá de la ocurrencia de cambios en las condiciones
imperantes.

Algunos de estos principios son los
siguientes:

1. División del Trabajo: Cuanto más
se especialicen las personas, con mayor eficiencia
desempeñarán su oficio. Este principio se ve muy
claro en la moderna línea de montaje.

2. Autoridad: Los
gerentes tienen que dar órdenes para que se hagan las
cosas. Si bien la autoridad formal les da el derecho de mandar,
los gerentes no siempre obtendrán obediencia, a menos que
tengan también autoridad personal
(Liderazgo).

3. Disciplina:
Los miembros de una organización tienen que respetar las reglas
y convenios que gobiernan la empresa. Esto
será el resultado de un buen liderazgo en todos los
niveles, de acuerdos equitativos (tales disposiciones para
recompensar el rendimiento superior) y sanciones para las
infracciones, aplicadas con justicia.

4. Unidad de Dirección: Las operaciones que
tienen un mismo objetivo deben
ser dirigidas por un solo gerente que
use un solo plan.

5. Unidad de Mando: Cada empleado debe recibir
instrucciones sobre una operación particular solamente de
una persona.

6. Subordinación de interés
individual al bien común: En cualquier empresa el
interés de los empleados no debe tener prelación
sobre los intereses de la
organización como un todo.

7. Remuneración: La compensación
por el trabajo
debe ser equitativa para los empleados como para los
patronos.

8. Centralización: Fayol
creía que los gerentes deben conservar la responsabilidad final pero también
necesitan dar a sus subalternos, autoridad suficiente para que
puedan realizar adecuadamente su oficio. El problema consiste en
encontrar el mejor grado de Centralización en cada
caso.

9. Jerarquía: La línea e autoridad
en una organización representada hoy generalmente por
cuadros y líneas y líneas de un organigrama pasa
en orden de rangos desde la alta gerencia hasta los niveles
más bajos de la empresa.

10. Orden: Los materiales y
las personas deben estar en el lugar adecuado en el momento
adecuado. En particular, cada individuo debe
ocupar el cargo o posición más adecuados para
él.

11. Equidad: Los
administradores deben ser amistosos y equitativos con sus
subalternos.

12. Estabilidad del Personal: Una alta tasa de
rotación del personal no es conveniente para el eficiente
funcionamiento de una organización.

13. Iniciativa: Debe darse a los subalternos,
libertad para
concebir y llevar a cabo sus planes, aun cuando a veces se
cometan errores.

14. Espíritu de Cuerpos: Promover el
espíritu de equipo dará a la organización un
sentido de unidad. Recomendaba por ejemplo el empleo de
comunicación verbal en lugar de la
comunicación formal por escrito, siempre que fuera
posible.

Los cambios que se han producido a nivel internacional
en el entorno donde se mueven las empresas del
sector turístico en las últimas décadas han
ido modificando el centro de atención de la gerencia. En los años
cincuenta y sesenta del siglo XX la prioridad de los dirigentes
empresariales estaba en la producción y las
tecnologías productivas. Con el aumento de la competencia en
los mercados, a fines
de los sesenta se desplazó hacia los problemas de
marketing, en
los años ochenta y noventa, al agudizarse las crisis
financieras, la atención prioritaria fue hacia las
finanzas.
Desde mediados de los años noventa la tendencia
prevaleciente es la gestión
de los Recursos
Humanos, la formulación de estrategias, el
manejo de conflictos y
negociaciones.

Es virtualmente imposible que un directivo de una empresa
turística pueda dominar todos los aspectos técnicos
y organizativos que se requieren para la consecución de
los objetivos de
la entidad. Por tanto, su habilidad principal debe ser: lograr
que su equipo y los miembros de su empresa pongan conocimientos,
experiencias y energías en función de
obtener los objetivos propuestos y de los resultados que se
esperan de su gestión, para ofrecer un servicio de
calidad al
cliente, y lograr
su máximo empeño, la
satisfacción.

La administración es esencial para asegurar la
coordinación de los esfuerzos individuales
en una empresa turística. Los administradores o gerentes
deben establecer un medio ambiente
en el cual las personas puedan lograr los objetivos y metas con
los recursos
disponibles para obtener un resultado final. La
administración es una combinación de ciencia y
arte; la ciencia
proporciona el
conocimiento de experiencias, regularidades y principios, y
el arte, es la aplicación creativa de estos conocimientos
a situaciones específicas.

Necesidad de bases
profesionales para dirigir en las entidades
turísticas

Para poder entender
profesionalmente la administración de una empresa del sector
turístico, lo primero es entender en que consiste la
administración, tan universal y fructíferamente
aplicada hoy en toda clase de
organizaciones
(instituciones,
empresas, etc.). De lo contrario, se corre el riesgo de
presentar solo "recomendaciones" de valides discutible, o bien de
hacer pensar que estamos en presencia de algo absolutamente
nuevo: una panacea de eficiencia infalible, nunca antes conocida.
Ambos conceptos son no solo falsos sino
dañinos.

Podemos definir a la Administración como "La
técnica que busca obtener resultados de máxima
eficiencia, por medio de la coordinación de las personas,
cosas y sistemas que
forman una organización."

Peter F. Durker cita las palabras que como epitafio
mando a grabar en su tumba el gran directivo Andrés
Carnegie: "Aquí yace un hombre cuya capacidad fue saber
aprovechar las capacidades de otros hombre mejores que
él…" Esta frase podía servirnos para
precisar la idea de la Administración: el cuadro,
dirigente, administrador, el
gerente, no lo es precisamente porque sea mas capaz que la
personas que dirige, en las técnicas
especificas de cada uno; en realidad la administración
moderna va exigiendo cada día mas especialización y
con ello, va implicando que es imposible que el dirigente de una
empresa sepa mas contabilidad
que el jefe de departamento, que sepa mas derecho que el asesor
jurídico, etc. Su capacidad es distinta: es capaz de
coordinar una serie de elementos humanos y técnicos,
encausando todos ellos de una forma eficaz y eficiente para que
se logren los resultados que se pretenden.

De esta forma se explica como en varios países,
como por ejemplo en Estados Unidos,
se empiece a colocar como ministros de defensa, a personas que no
tienen carrera militar, sino de administradores, teórica o
prácticamente aprendida. Así, en varios
países y en nuestro propio medio, han surgido ya varios
dirigentes que pasan de la dirección de una empresa
industrial a la de un banco, o a un
hotel, con igual eficacia y
éxito
en todas ellas: su capacidad no es bancaria, ni industrial, sino
administrativa.

Este criterio se extiende hoy como el de gerentes
profesionales en la ciencia, la técnica y el arte de
dirigir.

Campo en que se
realiza la administración

El concepto de
Empresa lo expresamos simplemente como: "la unidad de
producción de bienes y/o
servicios para
un mercado".

Implica, ante todo, que se trata de una unidad
económica, ya que debe "producir algo". Esto significa que
todas las maquinas, todos los sistemas, todas las personas que en
ella laboran, cualquiera que sea la naturaleza de
su trabajo, están dirigidos a necesariamente a lograr esa
producción (razón de ser). No importa que esta
unidad de producción sea publica o privada, de lucro o de
beneficencia, de manufactura,
de productos
agrícolas o de servicios (turísticos,
hospitalarios, bancarios, etc.); en cualquier caso, todo el
conjunto de elementos (recursos) materiales, humanos y
administrativos se dirigen a conseguir una "producción
terminada".

El concepto de
administración, de hecho, no solo se limita a la
empresa, organización tan típica de nuestra
sociedad, sino
a toda institución, esto es: a todo grupo humano
que de alguna forma está organizado para el logro de un
fin.

La administración se refiere y aplica no solo a
la empresa, sino a cualquier tipo de institución, siempre
que sea considerada como una forma de administrar.

La administración busca siempre un fin
eminentemente práctico: obtener resultados. Todo el
conjunto de sus principios, sus reglas e instrumentos auxiliares,
van orientados precisamente a alcanzar resultados. Es por esto,
que, si bien existen teóricos en administración,
los principios y reglas que ellos formulan, no han sido solo
sobre la base de elucubraciones teóricas, sino con
fundamento en la práctica, en la experiencia que ellos
mismos u otros dirigentes han tenido en diversas empresas e
instituciones; es así como Taylor, Farol,
Gantt, Gilbreth, Drueker, McGregor y otros, a esas experiencias,
incluyendo los fracasos que han sufrido, le aplicaron el método
científico, para buscar, aislar y enunciar los
principios comunes, los métodos,
las técnicas, etc., en que descansan los elementos que
explican el progreso y el éxito de las organizaciones
(empresas e instituciones). Pero la administración, en
sí misma, es esencialmente práctica. Si una persona
dotada de grandes conocimientos, no fuese capaz de obtener
resultados, no podía llamarse buen dirigente, a lo
más sería un mero "teórico de la
administración", en el sentido popular del
término.

En cambio, cuando
una persona obtiene resultados en su trabajo de dirigir una
organización (no solo, por supuesto, en el mero aspecto de
las utilidades, sino también en otros como la
satisfacción del personal, la disminución de
costos y la
armonización del trabajo de la organización con el
de otras en la sociedad), aún suponiendo que no hubiera
hecho estudios teóricos, puede y debe ser llamado buen
dirigente. En realidad, esto significa que, sobre la base de una
aptitud para los problemas administrativos, de saber aprovechar
su experiencia y, con más frecuencia de lo que se cree, de
haber leído o copiado principios, métodos y estilos
de otros dirigentes o técnicos en dirección, ha
sabido "obtener resultados".

Actualmente los conocimientos sobre
administración, en la forma en que se encuentran
disponibles pueden mejorar la práctica y los dirigentes
que intentan administrar sin la ciencia de la dirección
que posee, deben confiar en la suerte, la intuición o lo
que hicieron en el pasado. En administración, como en
cualquier otro campo, no existe otro lugar en el conocimiento
acumulado. Es por ello que la tendencia mundial es aumentar la
capacitación y el desarrollo de
los dirigentes en la ciencia y las técnicas de
dirección, buscando profesionales de la
administración, capaces de obtener máxima eficacia
y eficiencia.

Máxima eficiencia, en este caso, significa la
mejor utilización y aprovechamiento posible de todos los
elementos y recursos con que cuenta una organización.
Eficiencia (de efficere: hacer, crear), es sinónimo de
rendimiento o productividad,
solo que tiene un carácter marcadamente activo (las máquinas
"rinden"; solo el hombre
"hace o crea") y se mide siempre contra un estándar
teórico, que constituye el 100% de la misma.

Es necesario destacar que aquí se trata de lograr
la máxima eficiencia, no sobre la base de mejores
máquinas, lo que sería de la función
ingenieril, ni de precios, etc.,
sino precisamente por el empleo de métodos administrativos
más eficientes.

La función básica y es esencialmente
administrativa, la esencia de la dirección, es la
coordinación. Un dirigente, cuando actúa como tal,
cuando realiza labores administrativas (que muchas veces, en las
pequeñas y medianas organizaciones combina con tareas
técnicas); es cuando coordina.

La eficiencia que produce su trabajo de dirección
es precisamente la que resulta de la coordinación de todos
los demás factores; de los hombres, en sus diversas
funciones y
niveles; de los equipos para que, del modo más adecuado,
influyan en la creación del producto o del
servicio; de los sistemas, para que formen todos una gran
armonía que logre los mejores resultados y, de estos tres
factores entre sí. Precisamente la eficiencia
administrativa se logra, cuando se evitan cuellos de botella,
cuando el equipamiento es adecuado al proceso,
cuando la
motivación del personal sabe aprovechar al
máximo las máquinas y los recursos disponibles,
cuando los planes son atrevidos pero realistas.

Los conocimientos sobre la administración son hoy
de carácter científico y técnico, ya que
debemos entender por técnica un conjunto armónico
de reglas y de instrumentos que sirven para lograr un fin
útil. Pueden ser tan sencillos como las reglas e
instrumentos de un mecánico, o tan complejos como las
reglas e instrumentos para dirigir un cohete espacial o
astronave. Las reglas, formas e instrumentos de la
administración cumplen también con lo
anterior.

Existe la discusión teórica de si la
dirección es ciencia o no, para llegar a una
conclusión sobre el problema, sería necesario
primero ponernos de acuerdo en el concepto de
ciencia que se profese: si el aristotélico, el baconiano,
el moderno u otro distinto. Pero, lo que vale la pena destacar es
que, si la administración no es ciencia, indiscutiblemente
es científica, es decir, si ella no contara con principios
propios, por lo menos si utiliza principios de las matemáticas, de la psicología y de la
sociología, que son ciencias
indiscutibles, para obtener resultados con eficiencia.

Etapas para todo
sistema
administrativo

Puesto que la administración se desarrolla
precisamente dentro de un proceso concreto, es
indispensable dar una idea somera de sus etapas. Aunque el numero
y el nombre de estas varia, según los autores, lo
importante radica en que en ellas se comprendan todos los actos
esencialmente administrativos y que el manera de ordenarlos
permita de modo mas fácil y practico, tanto su
comprensión, como su aplicación. Se trata en
realidad de un mero problema de metodología, por lo que no importa si se
divide a la administración en tres, cuatro o seis etapas
distintas, sino ver si esto ayuda mas a una persona concreta a
entender, separar y aplicar mejor los principios, reglas y
técnicas que utiliza la administración, la que en
realidad, forma en todo caso una unidad continua, que nosotros
dividimos y separamos para los fines mencionados.

Debemos señalar, además, que ni es
obligatorio dar los pasos en el orden que presentamos, ni
forzosamente un acto administrativo tendrá la
características de un solo elemento, sino que
frecuentemente reúne las de varios; esto ocurre sobre
todo, tratándose de aquellos elementos conexos, en los
puntos limítrofes de ambos; fácilmente se
comprenderá que en muchas ocasiones es difícil
dividir un problema concreto en sus distintos aspectos, o
determinar si pertenece a uno de ellos, al que le sigue, o a
ambos a la vez.

Según las teorías
de Urwick, existen dos aspectos fundamentales en la
administración, que el llamó: "mecánica administrativa" y "dinámica administrativa". La "mecánica" se refiere a investigar, analizar
y determinar cómo debe ser, y cómo debe operar una
organización, se refiere a la coordinación
teórica de las relaciones que deben existir; a la
formulación de planes y programas. La
"dinámica" se refiere al como se manejarán, o se
manejan de hecho, esas relaciones, en forma tal que produzcan y
pongan en acción,
eficaz y eficientemente, los planes, programas y estructuras
estudiados y previstos en la primera parte.

Existirá necesariamente una doble interacción: la de la teoría
influyendo la práctica; y la de la práctica
obligando a regresar a la teoría para modificarla,
ajustarla y complementarla, de acuerdo con los resultados
obtenidos.

Esta división, tiene aplicación y utilidad en la
Administración; la primera parte del proceso típico
de la Administración radica en todo el procedimiento
para señalar metas y objetivos, medios para
conseguirlos y planes para llegar a ellos. De hecho esta primera
parte implica coordinaciones y retroalimentación -feed back-, hasta quedar
precisado lo que va a hacerse o buscarse en la parte siguiente.
En cambio, en la segunda parte se estudia cómo se van a
poner en práctica, cómo van a operar, dentro del
tiempo dedicado al logro o realización de los objetivos,
las revisiones, correcciones, supresiones o aumentos que deban
hacerse.

La Mecánica
administrativa

Los tres elementos que integran la "mecánica
administrativa" son:

La PREVISIÓN.

La PLANIFICACIÓN.

La ORGANIZACIÓN.

El primer elemento es la PREVISIÓN (pre: antes, y
visión): se refiere a todo aquello que tiene que fijarse
hasta determinar lo que podemos hacer, según Steward
Thompson, "la previsión identifica una gama de
posibilidades y nos prepara para ellas".

Dentro de la previsión consideramos nosotros tres
aspectos principales: los objetivos, las investigaciones y
las alternativas.

Los objetivos: la importancia de este aspecto es
máxima en la Administración, porque el resto de los
elementos habrá de orientarse por los
objetivos.

Las investigaciones: no hay organización moderna
que no las realice para saber con qué elementos cuenta, y
cuales le obstaculizan para alcanzar los objetivos. Así,
se investigan los mercados, los créditos, los nuevos productos, los avances
científico-técnicos, al personal que
asumirá, etc.

Las alternativas: todo dirigente, en todos sus actos,
está vinculado necesariamente con la toma de
decisiones. Y toda decisión implica necesariamente
elegir entre dos o más alternativas.

Debemos señalar que los sistemas modernos de
Administración buscan estimular y ayudar la creatividad
del dirigente y sus subordinados, para que no se sienta limitado
a escoger entre un "se hace, o no se hace", ya que, en la
mayoría de los casos, hay otras muchas y variadas
posibilidades, no solo intermedias sino distintas, por lo que es
muy importante entrenar y estimular la creatividad en el
personal, especialmente en los dirigentes.

Según los estudios realizados y los criterios de
directivos exitosos y de autores prestigiosos, el éxito
del dirigente moderno radica en gran parte en su capacidad para
presentar diversas alternativas, señalando a cada una sus
ventajas y limitaciones. Esto es mucho más importante
cuando se cuenta con todas las modernas técnicas que,
sobre la base de métodos cuantitativos, estudian por medio
de modelos
matemáticos, de simulaciones, etc., las muy
diversas alternativas posibles, para escoger la más
adecuada. Además, se han desarrollado las técnicas
de trabajo en grupo y otras que estimulan el desarrollo creativo
para buscar posibles soluciones a
problemas no estructurados.

El segundo elemento es la PLANIFICACIÓN (plan
deriva de plano). La etimología indica, así, que lo
que hacemos es fijar "planos" para orientar nuestra
acción. Los planes de tipo administrativo son muy
diversos. Todos pueden tener relación con la
Administración, mencionaremos para entender mejor los
más referidos a la Administración que son: los
programas, los presupuestos,
los procedimientos y
las políticas.

Los programas: su esencia es determinar (fijar) el
factor tiempo o sea, fijar tiempos precisos a cada actividad
concreta, y asegurarnos después de que estos tiempos se
cumplan con exactitud. De ahí, que los programas sean una
de las actividades esenciales en la
administración.

Uno de los errores más comunes, y a la vez de los
más graves, que suelen cometerse en la dirección es
el de dejar "abierto" el tiempo en que cada actividad debe
realizarse. "Lo más rápido que se pueda", "lo
más pronto posible", "a la mayor brevedad que sea
factible"; son expresiones muy frecuentemente utilizadas y, que,
pese a que indican aparentemente urgencia, dejan a una interpretación subjetívale
qué debe entenderse por "pronto, rápido, breve",
más efectivo sería decir: "para hoy mismo", "para
dentro de ocho días", "para el próximo día
diez".

Los programas establecen, además, para cada
tiempo, la lista de funciones y actividades que deben realizarse.
Es por esto que los programas bien formulados son esencialmente
para la Administración.

Los presupuestos: son planes estimados en cantidades, ya
sea que estas se fijan en número, como es frecuente
hacerlo en los departamentos de producción por ejemplo:
mil unidades diarias, cien kilos al mes, etc., o que se estimen
en su aspecto monetario y financiero por ejemplo: ciento
cincuenta mil pesos en inversiones al
año, reducir el diez porciento de los costos.

Los presupuestos representan uno de los aspectos
más útiles en la Administración, estos
pueden determinar de manera general o por toda precisión y
técnica.

Los procedimientos: se caracterizan esencialmente por la
fijación de pasos y secuencias, es decir, por el "como"
concreto de cada actividad.

Las políticas: son cursos generales de
acción. Son como las llama R. Terry, "Los objetivos en
acción". Esto significa que la política contiene, no
solo la orden de alcanzar el objetivo, sino, inclusive marca los cambios
o criterios para lograrlo, en forma tal que pueda existir una
adecuada delegación de autoridad. Dado que la
delegación adecuada es uno de los requisitos de la
Administración, fácilmente se comprenderá el
papel que tiene la fijación de políticas, ya que la
delegación de autoridad no puede realizarse eficazmente
sin políticas bien establecidas.

El tercer elemento es la ORGANIZACIÓN, existen
tres grandes campos de la organización vinculadas a la
Administración, estos son:

– la determinación y división de las
funciones.

– la fijación de niveles
jerárquicos.

– el análisis de los puestos.

La determinación y división de las
funciones, tendrán muchas veces que cambiarse o
suprimirse, al establecer un sistema de
Administración.

La fijación de niveles jerárquicos
equivale a la determinación de la autoridad y autoridad
correspondiente a cada nivel, lo que es indispensable para la
Administración.

Finalmente el análisis de los puestos determina
las tareas y labores concretas que se encomiendan a cada
dirigente, especialista y a cada trabajador.

A diferencia de lo que algunos autores especializados
señalan, confundiendo a nuestro juicio el análisis de
puestos, que surgió de la valuación de los
puestos, con su concepto integral, el análisis es un
aspecto clave en la Administración. Esto lo entendemos por
supuesto, del análisis que se realiza, no para valuar
puestos, sino para el funcionamiento de la
Administración.

La Dinámica
administrativa

Dentro de la dinámica administrativa existen tres
funciones:

La INTEGRACIÓN

El MANDO

El CONTROL.

La INTEGRACIÓN comprende los siguientes aspectos
básicos: el reclutamiento
y selección
del personal adecuado, la introducción y el desarrollo del
personal.

El reclutamiento y selección del personal se
encarga de buscar si los trabajadores, sobre todo los dirigentes,
son adecuados para las tareas que se le encomiendan en las
condiciones que exigen los sistemas de Administración
modernos.

La introducción consiste en todas las
técnicas que se utilizan para buscar que un nuevo
trabajador, o dirigente, sean adecuados a su nuevo puesto de
trabajo, y de alguna forma, acoplarlo constantemente a
él.

Por último, el desarrollo, que comprende en este
caso el adiestramiento
práctico, la capacitación teórica y la
formación de trabajadores y dirigentes, tiene mucha
trascendencia y debe recibir especiales modalidades y
atención dentro de la Administración.

La siguiente función dentro de la dinámica
es el MANDO, en el que se encuentran: la autoridad, la
delegación y la comunicación como aspectos
esenciales.

En la filosofía de la Administración, nos
encontramos ante todo con la autoridad, y su fuerza
motivadora. Aún cuando, muchos piensan que la autoridad es
algo meramente teórico, a nuestro juicio, junto con la
determinación de cantidades, estas constituyen pilares de
la Administración moderna.

En nuestro enfoque la Administración actual
constituye un nuevo modo de concebir y ejercer la autoridad
más acorde con los tiempos modernos y con la naturaleza
misma del ser humano. No pensamos exagerar si decidimos que,
mientras no exista ese cambio, una organización se
encuentra en riesgo de sufrir serios problemas en su
funcionamiento, en las condiciones actuales. Por otra parte, en
este aspecto se aplican hoy los resultados científicos
más modernos de la Psicología, la Sociología
y la Administración.

La delegación consiste en hacer partícipes
a otros de la autoridad que hemos recibido, sin perder por ello
la responsabilidad correspondiente, ya hemos señalado que
es uno de los frutos naturales, por una parte, y por la otra, de
los requisitos esenciales, para la eficaz Gestión
Empresarial.

Por último, la comunicación, tanto
vertical como horizontal, es para la determinación de
objetivos, planes, así como para el logro de resultados,
tan importante, que en muchas organizaciones (empresas e
instituciones) la Administración no produce resultados
efectivos mientras no mejore la comunicación; al mejorarse
esta rendirá inmediatamente sus frutos.

La tercera función de la dinámica es el
CONTROL, el cual planteamos realizar en tres pasos:

– su fijación y establecimiento.

– su operación.

– interpretación de los resultados.

En el primer paso de fijación y establecimiento
se analizará qué controles deberán ser
establecidos, y cuales serán efectivos, partiendo de que
el control es un elemento esencial de la
Administración.

En cuanto a la operación, el control tiene que
realizarse por todos los dirigentes, en todos los niveles, y
eventualmente, para aspectos muy específicos, por
técnicos especialistas por ejemplo: control de costos,
valuación de los puestos, etc. Pero lo más
importante radica en la interpretación de los resultados,
que se trata de comparar lo que se esperaba (objetivos, plan,
norma), con lo que se obtuvo (resultados), de ello puede resultar
cuatro variantes:

Se obtuvo exactamente lo que se deseaba, en la forma y
el tiempo planificado.

Una parte de lo previsto (deseado, planificado, etc.),
no fue obtenida.

Se obtuvo más de lo que se esperaba (deseaba) en
uno o varios aspectos.

Se obtuvieron otros resultados, además de los
esperados, los que pueden ser negativos, positivos o
indiferentes.

Como señalan todos los autores, esta
última parte del proceso
administrativo es tan importante como la primera etapa;
debido a que se miden los resultados. Por eso es que existen
discusiones, criterios sobre si debe llamarse Administración por objetivos o
Administración por resultados y algunos autores como
Morrisey la llaman Administración por objetivos y
resultados. Entendemos que en el fondo, y en la realidad, lo que
se trata es de hacer que los objetivos, que suelen ser
teóricos y abstractos, se traduzcan desde el principio en
resultados concretos.

En esta asignatura analizaremos los conceptos, clases y
principios de los objetivos. En el análisis que haremos se
demostrará como, en lugar de que la APO supere y haga
obsoletos los conceptos tradicionales de Administración,
requiere de todos ellos y solo se comprenden bien, cuando se le
estudia a través de éstos. Por otra parte la APO al
igual que la Administración General, puede aplicarse,
tanto en los campos de la Alta Gerencia, como en los concretos de
la producción, los servicios y principalmente, en le
más amplio y fecundo general del personal.

CONCLUSIONES

La Administración moderna de las empresas
dedicadas al turismo va exigiendo cada
día más especialización y con ello implica
que el dirigente sea capaz de coordinar una serie de elementos
humanos y técnicos, que de forma eficaz y eficiente logren
los resultados que se pretenden.

Existe diversidad de criterios por parte de los autores
sobre las etapas del ciclo administrativo, sin embargo no es tan
importante el número de etapas sino ver en que medida
ayuda al dirigente a entender, separar y aplicar mejor los
principios, reglas y técnicas de la administración
y lograr altos niveles de satisfacción en la calidad de
los servicios.

En una entidad turística, la última etapa
del ciclo administrativo es tan importante como la primera pues
es en ésta donde logran los resultados del proceso y se
volverá a la etapa inicial para modificarla, ajustarla o
complementarla, de acuerdo con los resultados
obtenidos.

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    Cristóbal (2000) Introducción al pensamiento
    administrativo. (Material de estudio) Facultad de Ciencias
    empresariales. UCLV enero 2000 15p

 

 

Síntesis curricular de los
autores

Berta Leidy González
Valdés.

Licenciada en Economía. Profesora – Investigadora del
Centro de Estudios Turísticos de la Universidad Central
"Marta Abreu" de las Villas. Consultora del Centro Internacional
de la Habana (CIH) Cuba

Carlos Cristóbal Martínez
Martínez.

Doctor en Ciencias Económicas. Profesor
Titular. Director del Centro de Estudios Turísticos.
Coordinador de la Maestría en Gestión
Turística. Universidad Central "Marta Abreu" de las
Villas. Consultor del Centro Internacional de La Habana (CIH)
Cuba

 

 

 

Autor:

Lic. Berta Leidy González
Valdés

Dr. Carlos Cristobal Martínez
Martínez

Universidad Central Marta Abreu de las Villas

Facultad de Ingeniería
Industrial y Turismo

Centro de Estudios Turísticos

Santa Clara

Villa Clara

Cuba

Junio 2008

Partes: 1, 2
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